Llegó el mes de junio, el buen tiempo... y todo ello invita a salir y disfrutar del aire libre. Asturias, en esta época, se plaga de espichas donde la sidra y el buen ambiente son las protagonistas. El Centro Asturiano de A Coruña también quiso reunir a sus amigos en “La Gran Espicha” que se celebra cada año en el Jardín de San Carlos para todos sus socios y amigos. Así, la tarde del 4 de junio se tiñó de azul con las camisetas y pañuelos con la insignia del Centro que llevaba la mayor parte de los que allí se reunieron, haciendo juego con el color del cielo y creando un cuadro perfecto para una buena espicha.
El Jardín de San Carlos, con toda su historia, no presenció nunca fiestas tan multitudinarias como las que celebra en Centro Asturiano allí. Este año fueron cientos de personas las que pasaron y se quedaron allí para pasar una tarde diferente. De este modo, se bebieron hasta dos grandes barricas de sidra y no quedó un “bollu preñau”, queso o tortilla en ninguna mesa. Destacó, sobre todo, la asistencia de gente joven que animó la fiesta y dio un aire fresco a la tarde.
La música es un elemento indispensable en toda buena espicha y, este año, la charanga “El Compango” se encargó de hacer bailar a pequeños y a mayores al ritmo de las canciones más actuales. La charanga también fue la encarga de ponerle el broche final a la fiesta entonando el himno de Asturias, el momento más emotivo de la tarde.
El Jardín de San Carlos, con toda su historia, no presenció nunca fiestas tan multitudinarias como las que celebra en Centro Asturiano allí. Este año fueron cientos de personas las que pasaron y se quedaron allí para pasar una tarde diferente. De este modo, se bebieron hasta dos grandes barricas de sidra y no quedó un “bollu preñau”, queso o tortilla en ninguna mesa. Destacó, sobre todo, la asistencia de gente joven que animó la fiesta y dio un aire fresco a la tarde.
La música es un elemento indispensable en toda buena espicha y, este año, la charanga “El Compango” se encargó de hacer bailar a pequeños y a mayores al ritmo de las canciones más actuales. La charanga también fue la encarga de ponerle el broche final a la fiesta entonando el himno de Asturias, el momento más emotivo de la tarde.