En el Teatro Rosalía se juntó lo mejor de cada casa, nunca mejor dicho. El periodista, Pablo Portabales, se encargó de presentar el evento y como bien dijo “toda España está aquí ahora mismo” ya que el teatro se llenó hasta la bandera y por el escenario desfilaron hasta 150 personas. Además, al evento acudieron personalidades como Don Carlos González-Garcés Santiso -Teniente Alcalde de Relaciones Institucionales, Educación y Fiestas- y Doña Pilar Farjas Abadía -Conselleira de Sanidade-.
El acto no podía comenzar sin unas palabras de Don Carlos González-Garcés, que quiso destacar el esfuerzo realizado por las Casas en todas las actividades que desarrollan a lo largo del año y que sean las “embajadoras” de sus Comunidades en la ciudad. Además, calificó como un “éxito” el Festival y añadió que A Coruña “está muy orgullosa de las Casas Regionales”.
Los aragoneses estrenaron el escenario vestidos con sus trajes regionales y cantando “Volver a Ejea” que, ya como el título dice, expresa las ganas de volver al lugar de nacimiento cuando se está lejos. Además de canciones, hubo baile: la tradicional jota de Aragón, que recibió una gran ovación por parte del público.
La Casa de Cantabría, la más joven de las seis, apostó todo a una carta. José Alberto Terán Muñoz se enfrentó junto a su rabel, instrumento de la Edad Media semejante a un violín, a todo el Teatro Rosalía. Él solo consiguió arrancar las risas y aplausos del público con el humor y la picaresca de las letras de sus canciones.
Turno de Castilla-La Mancha. El coro acompañó una gran interpretación de Abel González Morales y Paqui González Cabrera que representaron sobre el escenario dos monólogos. El primero encarna a un joven al que su amada había rechazo; la segunda, era una mujer viuda que se enamoraba de nuevo y recibía las críticas de sus hijos y las gentes de su pueblo.
Tras un breve descanso, el escenario se vistió de colores con los trajes de sevillanas de las mujeres de la Casa de Andalucía. Así, con mucho colorido y mucho arte, interpretaron varias canciones y tres jóvenes bailaron sevillanas. Una de las actuaciones más animadas que se ganó los aplausos del público.
Una mujer, Camino, y su marido, un arriero maragato; acompañaron al público en la actuación de la Casa de León. El arriero, para conseguir el perdón de su esposa tras haber tardado varios días en volver a casa, le regala a su mujer una radio. A medida que va sintonizando en el dial se escuchan canciones, interpretadas por el coro, e incluso un desternillante trabalenguas sobre un moro, un mono, un mico y un señor de Puerto Rico.
Finalmente, los últimos en actuar, fueron los socios del Centro Asturiano que, hace ya dos años, formaron un coro. La directora, Misuca, tras mucho trabajo durante todo este tiempo consiguió que las voces de los asturianos sonasen como una sola para entonar canciones como “Cuando salí de la aldea” o “Oigo sonar una Gaita”. El momento más emotivo de la actuación llegó cuando José Manuel y Capín interpretaron un solo que dejó al auditorio emocionado y pidiendo “otra” canción más. El público, animado, participó en la actuación cantando y acompañando con palmas al coro del Centro Asturiano que, al terminar y tras los nervios, se encontraba contento con la actuación.
Como broche final todos los participantes de las seis casas salieron a entonar la canción que dice “vivir na Coruña que bonito é”. Y así, con este final de fiesta, ser dio término al primer Festival de Casas Regionales de A Coruña donde, más que nunca, la música unió a los miembros de las seis Casas Regionales de la ciudad.
Con este Festival, el coro del Centro Asturiano ha pasado con nota su presentación en público. Así, esperamos que surjan muchas más en las que el coro pueda demostrar su valía y buen cantar.